Mucho ha cambiado en los últimos dos años, especialmente los hábitos de conectividad: los nuevos métodos de pago, el modo de consumo, el modelo de trabajo, estudio y vivienda – cada vez más, la conectividad está presente y es necesaria para realizar las sencillas tareas diarias.
Debido al trabajo desde casa, el uso de internet fijo en el hogar creció entre un 40% y un 50% durante la pandemia en Brasil. Según Anatel, el brasileño pasó más tiempo conectado por día, saltando de 3:41 a 6:44, en promedio.
Con tantos cambios, el consumidor empezó a poner más atención a Internet fijo y móvil, y a ser más exigente en cuanto a velocidad de descarga, calidad de señal en determinados entornos y capacidad de conexiones simultáneas, especialmente durante las videoconferencias.
Hábitos de conectividad y rutina laboral
En abril de 2020, el 46% de las empresas de Brasil ya habían adoptado el sistema de home office, según estudio de gestión de personas en crisis de Covid-19, de la Fundación 0Instituto de Administración (FIA).
La práctica del teletrabajo llegó para quedarse: después de más de un año en el modelo, el 78% de los trabajadores brasileños quieren mantener la misma rutina incluso después de la pandemia. El teletrabajo también se mantiene firmemente en América Latina, según un estudio realizado entre abril y junio de 2021: El 74% de los encuestados en México siguió con sus tareas de forma remota, Puerto Rico registró el 76%, Argentina, el 70% y Colombia, el 67%. Se entrevistó a más de 7.500 personas.
Tanto el modelo totalmente remoto como el híbrido afectaron al hábitos de conectividad. Al fin y al cabo, era necesario aumentar la banda ancha en casa, y mucha gente aprovechó que no necesitaba ir a la oficina física para salir de las grandes ciudades y vivir en el campo, y así inició el movimiento de éxodo urbano.
Limeira, considerada una ciudad dormitorio en el estado de São Paulo, saltó de 65.951 accesos en diciembre de 2020 a 81.183 conexiones de banda ancha en junio de 2021, según los datos proporcionados por Anatel. Por otro lado, no todas las ubicaciones están preparadas para la demanda: solo el 36,8% del área rural en América Latina tienen acceso a Internet con un estándar mínimo de calidad.
La solicitud para instalar internet en el interior representa una gran oportunidad de inversión para los operadores, tanto para atender la nueva necesidad como para preparar a las ciudades para la llegada del 5G.
Los hábitos en línea continuarán
Es difícil dejar atrás la practicidad, ¿no? Los hogares seguirán conectados y serán cada vez más inteligentes, especialmente con la llegada del 5G y la popularización de Internet de las cosas (IoT). La compra en línea, con un solo clic, desde la comodidad de tu hogar, tampoco dejará de ser una realidad.
Cada vez se estructurarán más oficinas inteligentes para atender a el nuevo tipo de demanda y los nuevos hábitos de conectividad. Para ello, todos deben comprender el mercado y explorar todo el potencial que las telecomunicaciones pueden ofrecer en diferentes áreas.
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