medida que surgen nuevas tecnologías, es común que las más antiguas “desaparezcan”. Hoy día, ya no se usa más el pager o bip, y no una máquina de escribir, por ejemplo; pues ahora tenemos dispositivos más modernos. Y, en telecomunicaciones, con la llegada de la red 5G, mucha gente se pregunta: ¿desaparecerán las conexiones 2G y 3G?
¡No totalmente! A Conexiones 2G y 3G no desaparecerán por completo hasta 2025, incluso con la popularización de 5G que se espera después del despliegue. Lo que sucederá es un cierre gradual, ya que las dos redes todavía se utilizan mucho.
Se utilizan cada vez menos, pero sí: las Conexiones 2G y 3G son parte de tu vida diaria. Los servicios de vigilancia, sensores remotos, cobertura en carreteras remotas, controles de flotas y máquinas de tarjetas son los principales usuarios de 2G, y por eso no es tan simple simplemente “apagar” la red.
Para que las redes antiguas desaparezcan, primero es necesario asegurarse de que todos los demás servicios tengan acceso a la red 4G y en todas las áreas actualmente cubiertas por 2G y 3G. Se necesita mucha planificación, cambiar toda la infraestructura y los dispositivos, y esto puede llevar hasta cuatro años, según el país y la cantidad de usuarios dependientes.
Conexiones 2G y 3G en Latinoamérica y en todo el mundo
Cada país sigue un ritmo y programa diferente para deshabilitar las conexiones 2G y 3G, según las necesidades de los usuarios y la posibilidad de remodelar.
Taiwán fue uno de los primeros países en deshabilitar completamente las conexiones 2G y 3G, incluso antes de principios de 2020. Esto se debe a que el país está desarrollado y la demanda de las dos bandas era muy baja; en un país pequeño, la desconexión ocurre de manera más práctica y rápida.
En el Reino Unido, British Telecom (BT) también ha anunciado que tiene la intención de descontinuar el 3G en el país a finales de 2022.
Japón no utiliza 2G desde 2012y la estadounidense AT&T también ha interrumpido el suministro de la red en Estados Unidos.
Por otro lado, la predicción del escenario europeo y brasileño es que 3G desaparecerá antes que 2G – la conexión de segunda generación debería permanecer activa hasta mediados de 2025, debido a la comunicación machine-to-machine, utilizada por máquinas de pago, y otros sectores y servicios.
En Europa, por ejemplo, algunos coches vienen de fábrica con un servicio de emergencia, donde la comunicación se realiza a través de 2G. Las carreteras brasileñas, que suman más de 75,8 mil kilómetros, todavía dependen en gran medida de los servicios de red 2G en las zonas rurales.
El ritmo de América Latina es similar, con énfasis en Chile, país donde la previsión es que 3G aún tendrá espacio para operar en 2025 y dejará de existir solo después de que se apague el 2G.
Qué se debe analizar antes de desmantelar las redes
Además del uso de 2G para algunos servicios, otro factor delicado es el feature phone: dispositivos baratos y sencillos que no son inteligentes, pero que tienen la importante función de acercar el acceso a Internet y la comunicación a la población de bajos ingresos, a través de conexiones 2G y 3G.
Por mucho que la producción de este tipo de dispositivos vaya en contra de los lanzamientos más modernos, los feature phones tienen una gran demanda en algunos países, y esto no se puede dejar atrás. Desactivar la conexión en estos lugares cortaría el acceso a Internet y la información para algunas personas.
El servicio de voz también es un punto importante que debe analizarse, pues puede retrasar la desconexión de redes más antiguas; algunos operadores no tienen VoLTE (Voice over Long-Term Evolution) implementado y dependen de 2G o 3G para servicios de voz.
Entre los problemas, también destacamos el hecho de que los operadores deben respetar los contratos de roaming. Si un turista usa 2G o 3G en su país, las conexiones también deben funcionar en el país de destino de su viaje, por ejemplo. En otras palabras, es necesario tener una armonización del espectro entre países y especialmente en la región fronteriza, para que los usuarios no se vean perjudicados.
Por otro lado, es ineficaz mantener activas las cuatro generaciones de conexión al mismo tiempo, y se deben reutilizar las frecuencias de las conexiones 2G y 3G para una mayor capacidad espectral de 4G y 5G.
Es decir, la desactivación es compleja, cara y requiere una gran planificación por parte de los países, que deben sopesar los pros y los contras hasta encontrar el momento idóneo para desactivar 2G y 3G, para no perjudicar a los usuarios.
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